Co-Construcción conocimiento situado

Las preguntas con por qué y las preguntas con cómo 

Durante el primer taller, nos interesó identificar colectivamente lo que dimos en llamar las preguntas con “Por qué” y las preguntas con “Cómo”. Las preguntas que implícita o explícitamente implican indagar sobre el “por qué” de algo que observamos están relacionadas con inquietudes cuyas respuestas emergerán en el largo plazo. Estas preguntas son parte de nuestros horizontes agroecológicos, nuestras inquietudes generales. Son aquellas que nos guiarán en el proceso de construcción de conocimientos y que implicarán diversas etapas de recolección de datos, de sistematización de saberes y de observaciones. Es decir, son preguntas que no van a responderse a través de lo que llamamos una práctica de primera mano. La pregunta que conduce a dichas prácticas son las que buscamos generar hacia el final del primer taller y le llamamos la pregunta de trabajo.

Las preguntas que expresan deseos, como por ejemplo 

¿Cómo puedo mejorar la salud de mi suelo? (1er Taller, San Carlos) 

funcionan de la misma manera que las preguntas con “Por qué”. Responderla implicaría recolectar y analizar muestras de suelos a través del tiempo, de manera tal que podamos ir viendo cambios sostenidos en nuestro suelo, relacionados con distintas características que queramos medir, como biodiversidad, indicadores físicos, químicos, etc. que nos hablen de la salud de nuestro suelo en relación a diversas prácticas que vayamos implementando. Responder este tipo de preguntas decimos que guía nuestro horizonte agroecológico porque implica ir conociendo la historia socioambiental de nuestro suelo mediante un registro sistemático de sus diversos estados en el tiempo y a través de distintas metodologías. Y muchas veces sólo podremos inferir esa historia ya que no podremos conocer algunos procesos que podrían haber influido sobre el estado actual de nuestros suelos. Por ejemplo, prácticas de manejo que sucedieron antes de que llegáramos a la finca. La respuesta a este tipo de preguntas implica tiempo (meses, quizás años!) y el recorrido de varios Ciclos de indagación. Esto dependerá de los saberes previos, de nuestra capacidad de observación, del territorio y su historia, y de nuestra propia historia socioambiental. 

Por eso separamos las preguntas con “Por qué” de las preguntas con “Cómo”. Estas últimas, son las que, al ser situadas en tiempo y espacio, nos permiten identificar qué nos interesa particularmente de la salud del suelo, qué podemos observar, medir, registrar, sistematizar y bajo qué situaciones (¿en qué lugar vamos a mirar el suelo? ¿en qué momento del mes, en qué temporada?), para poder responder eso que nos inquieta o da curiosidad respecto al suelo. Las preguntas con “Cómo” se transforman en Preguntas de trabajo en el proceso de formularlas siguiendo las 5 pautas para formular preguntas que dan inicio a un Ciclo de Indagación.

Pautas para llegar a una pregunta de trabajo colectiva

Durante el 1er taller en cada territorio, como era la primera vez que trabajábamos con el Ciclo de Indagación, luego de recopilar las preguntas con Por qué y las con Cómo que emergieron en cada grupo de trabajo, propusimos que se construyera grupalmente una pregunta de trabajo según las 5 pautas de las preguntas del Ciclo de Indagación. Entre el 1er y el 2do taller, en cada territorio se construyó la pregunta de trabajo final, que guió el diseño y la recolección de los datos analizados durante el 2do taller.

Ciclo de indagación

Que la pregunta sea…

  1. Contestable. Poder identificar qué se va a medir
  2. Comparativa. Poder identificar qué se va a comparar
  3. Seductora. No tiene una respuesta conocida ni implica grandísimas cantidades de trabajo y de
    tiempo, lo que seguramente haría que caiga nuestro interés en conocer los resultados.
  4. Directa y sencilla*. No dependerá del acceso a equipos o tecnologías caras y que no sabemos
    cómo funcionan.
  5. Coherente. Se relacionará directamente con la observación o con la pregunta con “por qué” que
    hemos formulado previamente.

*pauta modificada atendiendo a que nuestros talleres promueven el uso de tecnologías libres situadas

Feinsinger P. y Ventosa Rodríguez I. (2014) Suplemento decenal al texto: El diseño de estudios de campo para la conservación de la biodiversidad. Editorial FAN. Bolivia. Ver también: Feinsinger, P.; Rodríguez, I. V.; Izquierdo, A. E.; Buzato, S. The inquiry cycle and applied inquiry cycle: integrated frameworks for field studies in the environmental sciences. BioScience, v.70, p. 1065-1081, 2020.

Preguntas de trabajo

¿Cómo varían el carbono activo y la relación C/N según el agregado o no de enmienda orgánica? (San Carlos). 

¿Cómo varía el contenido de sales totales entre una parcela con práctica de lavado de suelo (inundación) y una sin lavar? (Lavalle). 

aprendizajes/reflexiones

Conocer y compartir las inquietudes globales en relación a los suelos y a los procesos socioecológicos de cada territorio. 

San Carlos

¿Cómo hacer lo que es correcto para el suelo? 

¿Cómo viven los microorganismos? ¿Son felices con lo que hay en el suelo, relacionado con las prácticas de manejo del mismo?  

¿Qué diferencias existen en el suelo de sitios cultivados y de bosques? 

¿Cómo influyen distintas prácticas sobre el suelo, como incorporación de bocashi o desmalezado, sobre el contenido de materia orgánica? 

Jocolí

¿Qué necesita la tierra (en relación a los micro y macro nutrientes necesarios para poder producir determinados cultivos)? 

¿Qué indican las “malezas” sobre las condiciones del suelo? 

¿Cuán fértil está el suelo? ¿Necesita riego? ¿Cuán compactado está? 

¿Por qué no germinan algunas semillas? ¿Tiene alguna relación con algo del suelo? 

Lo compartido y lo situado de las preguntas de cada territorio nos hace reflexionar sobre la centralidad de pensar la transición hacia la agroecología a través de sus principios generales, pero desde prácticas situadas guiadas por los saberes y conocimientos locales, vinculados con la historia socio-ambiental de cada finca-comunidad-territorio, y oportunamente puestos en diálogo con otras fincas-comunidades-territorios así como con el conocimiento académico.

Sistematizar los saberes y conocimientos en torno a qué observar y qué medir en relación a la salud del suelo, a partir de recuperar el trabajo previo en los territorios y ponerlo en diálogo con otros indicadores propuestos por quienes facilitamos el taller.

Este proceso de diálogo también resultó interesante, pues permitió “traducir” colectivamente al suelo; traducir en el sentido de poder reconocer cómo las prácticas humanas sobre los suelos se imbrican con las no humanas, es decir, en cómo esa trama produce suelos y es producida por éstos. En ese sentido, qué indicadores usamos o qué mediciones decidimos realizar van a hablarnos sobre qué aspecto de la salud del suelo vamos a trabajar, sobre cómo podemos ponerlo en diálogo con otros análisis con los que veníamos trabajando (por ej. cromatografías) y con los diversos saberes sobre el suelo, las observaciones diarias, y los conceptos que vienen de instituciones que promueven determinadas prácticas sobre los suelos, que no están necesariamente vinculadas con la producción de forma agroecológica.

Identificar las distintas prácticas de manejo del suelo que les interesaba comparar a les productores, así como cuál sería la seguidilla de decisiones metodológicas que llevarían a recolectar y sistematizar los datos necesarios para responder a las preguntas de trabajo.

Si bien no seguimos estrictamente los pasos del bloque de la “Acción” (la planificación del diseño de la toma de datos y el ajuste de la pregunta de trabajo), resultó muy enriquecedor trabajar sobre cómo imaginábamos distribuir la toma de muestras en cada finca. Nos faltó tiempo y fue un tanto agotador querer seguir los pasos del Ciclo de Indagación, pero pensar y debatir sobre las situaciones de manejo o prácticas agroecológicas que se querían comparar nos condujo a discutir sobre cómo identificar que el cambio registrado en el suelo se debe a la práctica que quisimos evaluar (y no a otra).